EDUCACIÓN MUSICAL
PARA LA CULTURA DE LA NO VIOLENCIA
Ampliación y algunas reflexiones de la ponencia presentada en la Jornada contra la Violencia Infantil realizada en la Regional Norte de la UDELAR el 22 de Diciembre de 2008 organizado por el ”Centro por la infancia Jacinta Balbela de Delgue”.
El panel se llamaba “Artista y ciudadanía en la construcción de una Cultura de la No violencia”. En la mesa participamos el Prof. Silvio Previale, Silvia Sagaría, El Prof. Gary Silva, El Dr. Julio Irigoyen, Dr. Marcelo Cantón (que actuó como moderador), y yo.
Esta presentación se hizo después de la excelente introducción al tema de Arte y Violencia del Prof. Gary Silva.
De los muchos enfoques a través de los cuales se puede abordar el tema de la Educación musical para la Cultura de la no violencia elegí seguir el camino que generalmente asumo: ver qué estamos haciendo, o dejando de hacer, los educadores musicales. Porque podríamos comenzar por reflexionar sobre la educación musical y sobre la violencia en general, esto lo he tratado en algunas otras anotaciones que publiqué por allí así que vamos a suponer que tenemos un acuerdo sobre estas cosas y empezar a cuestionar (nos) el papel de los educadores musicales con respecto a este tema.
Para empezar quiero aclarar que me declaro pesimista ante los clisés como “la música es el alimento del alma” o “la música te hace mejor persona” o “la música aleja a los jóvenes de los vicios” o “la música calma las fieras” o “hacer música permite expresar mis emociones”.
No niego que a veces pueden darse pero los relativizo; es decir, pienso que por el sólo echo de aprender música no se va a ser mejor persona, no se crea una cultura de no violencia, a lo sumo se podrá ser mejor músico. ¿Estoy expresando mis emociones al tocar una Invención de Bach? ¿Qué expreso cuando toco “Para Elisa? ¿Expreso mi emoción o trato de expresar la del autor? (1) La música puede llegar a alejar a los jóvenes de algunos vicios pero también el bricolaje o aprender carpintería o mirar televisión, por lo tanto esa capacidad no es privativa de la música y no es precisamente una de sus principales ventajas. Debemos tener cuidado porque estos clisés románticos son cada vez menos repetidos pero aún sobreviven y suelen aparecer en contextos conservadores o reaccionarios. En estos contextos también suelen aparecer otros lugares comunes, tan o más peligrosos, como asociar rock con droga y violencia (2) o cumbia con alcohol y violencia. Después de esto viene estigmatizar a las “clases bajas” o hablar de la pérdida de valores y acto seguido insinuar bajar la edad de imputabilidad. Todo esto escuché en esta mesa en la que participé y ninguno de los asistentes atinó a inmutarse. Esta sumisión de los estudiantes (aún universitarios) ante un panel es algo que me resulta llamativo y particularmente irritante. Cuando me tocó hablar sugerí a los presentes que me interrumpieran si lo consideraban necesario (y así se hizo) pero el moderador me apuró por lo que tuve que acelerar y resumir mi presentación.
El enseñar música, por sí solo y mágicamente, no logra necesariamente el efecto de generar en el estudiante una cultura de no violencia. Al hablar de violencia suponemos, por lo menos, la violencia material o física y la violencia simbólica.
¿No es violencia ensañarle solfeo a un gurí de 8 años o estudiar y tocar partituras durante seis años con el fin de ser un intérprete que no erra una nota? ¿O corregir a un niño porque pintó un árbol de azul? ¿O seleccionar las voces para el coro de la escuela o liceo? ¿Qué pasa con el que quiere cantar y es desafinado? (3)
Un panelista comenzó presentando la frase “La música calma las fieras” como un mérito de la Música. Esta frase encierra un inmenso valor simbólico de la Música como sedante de las capacidades y potencialidades creativas del individuo, que en el fondo se trata de eso. Hay toda una tradición de este tipo de enseñanza musical en Salto, en la enseñanza formal y no formal. ¿Para esto educamos? En todo caso en mi taller yo trato de despertar a las fieras.
¿De qué se trata entonces?
Se trata de enseñar música pero para la desarrollar y potenciar la creatividad, músicos críticos de su entorno cultural y social, en resumen, hombres libres. Solo un sujeto libre puede ser crítico de su entorno y reconocer, y reconocerse, en un entorno de violencia, o no. Es lo que Freire propone en “La Educación como práctica de la Libertad”.
Pero…
¿Somos libres nosotros los educadores musicales?
¿Somos capaces de no enseñar a repetir esquemas o moldes o recetas? ¿Somos creativos? Ser compositor no necesariamente quiere decir ser un músico creativo.
¿Somos conscientes de la dependencia cultural, y por lo tanto musical, en la que estamos inmersos? Es imposible tratar de ayudar a ser independiente a un estudiante si por lo menos no somos conscientes de esta dependencia. Al enseñar solamente la música del momento o de moda estamos siendo serviles a esa dependencia y engrosando la lista de jóvenes serviles a las multinacionales discográficas. Al enseñar a cantar o bailar solo la música de “Bailando por un sueño” (4) estamos creando mejores esclavos de la televisión. Es decir, estamos calmando a las fieras. (5)
Pero este camino implica insistir con la horizontalidad en las relaciones grupales y especialmente en la relación “profesor - alumno” en la enseñanza musical. Esto último solamente si optamos por este camino que estamos proponiendo; esta opción no es válida si queremos seguir transitando la enseñanza tradicional de la música para la cual es muy importante la figura del “Maestro”. Estoy convencido que por ese lado no aportamos nada a la cultura de la no violencia, como tampoco a la inclusión, ni a terminar con la marginación o la dependencia. El Arte es una herramienta muy importante para liberar a una persona, a un grupo o a una comunidad, pero también es un arma de dominación importante. Tenemos que elegir un camino.
Alberto Chiriff
(1)- ¿lo conversamos a esto con los alumnos? ¿Lo tenemos claro nosotros?
(2)- En los siete recitales denominados CORTO CIRCUITO que reúne en un solo proyecto a todas las bandas de Salto nunca hubo un incidente de violencia. En el CORTO CIRCUITO V asistieron 4.000 jóvenes.
(3)- Esto me toca de cerca
(4)- Programa televisivo de Buenos Aires conducido por Marcelo Tinelli
(5)- Es imprescindible que todos los educadores leamos a Coriún Aharonian, a Paulo Freire, a Jesualdo, a Murray Schaeffer, a Pierre Bourdie, a Reina Reyes, a… Pero leerlos, interpretarlos y llevarlos a la práctica; no solamente citarlos para salvar un examen. Doy fe que se enseñan en el IPA (por el cual pasé) pero después no lo aplicamos.